Descubriendo la cultura y vida de los beduinos

Jordania, sur del Sinaí y El Cairo, 12 días, salida 1 de julio 2018

Acompañados por el maestro de Reiki José Rius

En la región de Alta Montaña del Sinaí, es donde viven los beduinos, localizada alrededor de Santa Catalina, el corazón de la zona, que se sitúa alrededor de 1.600 metros sobre el nivel del mar, muchas de las montañas que lo rodean están por encima de 2.000 metros, como el Monte Catalina con una altura de más de 2.642 metros. Las atracciones más conocidas son el Monasterio de Santa Catalina y el Monte Sinaí, debido a su importancia religiosa e histórica, pero esta zona, poco visitada por los occidentales, es un paraíso único. A causa de su elevación el área recibe más precipitaciones que el resto de la península del Sinaí y, a pesar de la sequía, sigue siendo relativamente húmedo. El Sinaí es una región de increíble belleza, ha servido de refugio y ha provocado disputas, conflictos y curiosidad durante miles de años. Situado entre África y Asia, su costa norte bordea el Mediterráneo y la Península del sur comprende los golfos de Akaba al Este y de Suez al Oeste. En el interior se suceden barreras de escarpadas y rojizas montañas rodeadas de planicies salpicadas por la vegetación del desierto, dunas y marismas hasta las playas de arena blanca y espléndidos arrecifes de coral del Mar Rojo.

En la época de los faraones las canteras del Sinaí producían enormes cantidades de turquesa, oro y cobre. El Sinaí también es el gran desierto de la Biblia que los israelitas cruzaron en busca de la Tierra Prometida, para escapar del ejército egipcio por la legendaria brecha abierta en las aguas del Mar Rojo. Fue aquí donde se dice que Dios habló por primera vez a Moisés, desde una zarza en llamas y en la cumbre del Monte Sinaí le entregó los Diez Mandamientos.

La zona es principalmente de granito, con la característica de las cúpulas de color rojo suave, y de roca volcánica. Los dos tipos de roca se combinan a menudo dando lugar a un juego de colores sorprendente. Hay líneas oscuras de las intrusiones de roca volcánica cortando el granito rojo.

El clima es más fresco que el resto de Egipto, haciendo posible una flora y una gran variedad de especies frutales. Merece la pena dedicarle tiempo para poder ver lo más interesante, descubrir sus magníficos arrecifes de coral y relajarse en Dahab, antiguo poblado costero beduino y puerto al que llegaban los barcos de los nabateos.

NOTA: Durante el viaje, trabajaremos con esencias sagradas del antiguo Egipto y colores que ayudarán, para los que así lo deseen a realizar los trabajos energéticos de grupo propuestos en su momento, que les ayudará a entender y preparar su estructura energética. Incluido en el precio como siempre y voluntario, ofrecemos lo que somos y no se obliga a nadie.

Día 7: Dahab, Santa Catalina. PC

Tras el desayuno salimos con destino Santa Catalina en coche, una hora aprox. Visita al Monasterio de Santa Catalina. Ascenso, para ver la puesta de sol desde la cumbre, al Monte Sinaí. Son algo mas de 3 horas, a pie o en camello. Se trata de una experiencia espiritual en la que se pierde la noción del tiempo y que merece la pena. Una vez en la cima, es el momento para agradecer la experiencia, recordar a los seres queridos, vivos y difuntos; valorar la vida y hasta rezar… Un día más de vida, de luz y de calor.

Día 8: Dahab. PC.

Después del desayuno iremos en un coche con un guía beduino a otro de los lugares mas atractivos de esta zona, “three pools” donde podremos relajarse en una hamaca, disfrutar del sonrkel, de los peces de colores y los corales, podrán comer allí y por la tarde nos llevarán para ver la puesta de sol al oasis Valley of Gounaya, a 30 minutos.
Regreso a nuestro hotel. Al estar en el centro de Dahab, tenemos muchas buenas opciones para salir a cenar y pasear por su paseo marítimo sin tráfico. Los locales mantienen el mismo estilo chil out; iluminación con velas, con una atmosfera relajada junto al mar.
Alojamiento, desayuno, comida y cena.

Día 9: Dahab. MP.

Dia para relajarnos y seguir disfrutando del lugar, podemos ir todos juntos a Light House o a Lagona para darnos un baño y hacer snorquel, pasear por el pueblo…hasta el atardecer que saldremos hacia el desierto para cenar bajo las estrellas en compañía de los beduinos que prepararán en una hoguera la comida. Regreso a Dahab.

También aprovecharemos para realizar charlas, meditaciones, trabajo energético personal y de grupo… según sienta al grupo.

Día 10: Dahab. Cairo, MP.

Traslado por carretera bordeando el sur del Sinaí sobre la que fuera la ruta antigua que construyó Ramsés II en la península, como reflejan las inscripciones halladas de distintos faraones como Tutmosis II y Ramsés II. Esta fue una antigua carretera militar, que se llamaba Horus y que unía Egipto con Palestina.

Usaremos el color azul oscuro para recorrer la ruta del dios halcón Horus.

Almuerzo en ruta y llegada por la tarde a El Cairo. Alojamiento en Meridien Piramids. Cenaremos en la casa de Jasmine desde su terraza disfrutaremos de una de las mejores vistas a las pirámides y la esfinge que existen y nos reencontraremos con Tarek, excepcional persona y magnífico guía. Si el tiempo acompaña, que va a ser que sí, disfrutaremos de la piscina del hotel con vistas a las pirámides. Color morado.

Día 11: Cairo, PC.

Desayuno y excursión a la pirámide de Dashur, situada unos 40 kilómetros al sur de El Cairo, esencialmente conocida por poseer una amplia necrópolis real, localizada en una zona del desierto de la ribera occidental del río Nilo y varias pirámides, dos de ellas de las más antiguas, grandes y mejor preservadas en Egipto.

Color azul claro, ya que entonaremos, emitiremos tonos como cantos en el interior de la cámara principal de la pirámide roja de Dashur.

Tras la visita iremos a almorzar en Al Azhar Park desde donde hay unas vistas únicas de El Cairo Antiguo y por la tarde, tendremos tiempo de perdernos en el zoco de Khan el Khalili, pasear, hacer compras, visitar el museo del Tejido…

Disfrutaremos del espectáculo de Danza Sufi en el corazón de Khan Al Khalili. «En el corazón de un barrio islámico de El Cairo, el ondear de las faldas de los derroches sigue siendo una animada atracción. Para verlo, les llevarán al palacio de Wekalet el Guri, con más de 500 años de historia, convertido ahora en teatro para todos los públicos. Además de evocar a Dios, la danza sufí indaga en el amor y otros valores universales como la amistad, la generosidad o la sabiduría. Son parte del ideario de esa congregación perteneciente al sufismo y fundada por Jelaludin Mevlana Rumi en el siglo XIII. Mientras que el primero viste una falda de colores brillantes, las de los segundos son completamente blancas, pues pretenden reflejar el alma. Todos ellos alzan una mano hacia el cielo y mantienen la otra hacia la tierra, como una forma de “canalizar” la energía entre los dos mundos.» Cena en Khan Al Khlili y traslado de regreso al hotel.